Especiales ambientales

ENERGÍAS RENOVABLES

06. Energía solar

Energía solar

La energía solar es un tipo de energía renovable obtenida a partir de la radiación electromagnética del Sol, fundamentalmente en forma de calor y luz. Desde la perspectiva de los seres humanos, la energía solar se considera inagotable e ilimitada. Se puede distinguir entre energía solar térmica, que se emplea para calentar el agua o para generar electricidad de manera indirecta; y energía solar fotovoltaica, que se utiliza para producir electricidad mediante placas de semiconductores que reciben la radiación solar.

Energía solar térmica

La energía solar térmica, también denominada termosolar, consiste en el aprovechamiento del poder calorífico de la radiación solar. El calor del Sol es absorbido mediante colectores solares de forma plana, comúnmente conocidos como placas solares, que pueden verse en ocasiones instalados en las azoteas y terrazas de nuestros hogares.

El calor del Sol que recogen las placas solares se utiliza para calentar agua de manera directa, que puede destinarse para uso doméstico, sanitario o industrial, principalmente para la calefacción. Además, con el vapor generado por el agua caliente se puede producir electricidad de manera indirecta.

En el sector agrícola y ganadero se pueden dar otro tipo de aplicaciones de la energía solar térmica, como los invernaderos solares que favorecen los cultivos o los secaderos agrícolas, que pueden implantar placas solares para cubrir sus necesidades energéticas.

Energía solar fotovoltaica

La energía solar fotovoltaica consiste en la captación de la energía solar a través de módulos fotovoltaicos que transforman la radiación solar en electricidad mediante un dispositivo semiconductor. Estos dispositivos semiconductores reciben el nombre de células fotovoltaicas y usualmente están fabricadas a partir de silicio o de una deposición de diversos metales sobre un sustrato fino. Los metales que se emplean son sensibles a la luz y desprenden electrones cuando reciben la radiación solar; es decir, convierten la energía lumínica en energía eléctrica.

En sus orígenes, la energía solar fotovoltaica se empleaba casi exclusivamente para hacer llegar la electricidad a aquellos lugares donde no era posible acceder a las redes eléctricas convencionales. Sin embargo, hoy en día tiene numerosas aplicaciones y su utilidad es tan amplia como la que tiene la propia electricidad. Se emplea activamente en diversos sectores, como en telecomunicaciones, automoción, ferrocarriles y plataformas petrolíferas. Su única limitación se deriva de los elevados costes de los equipos necesarios para su funcionamiento o del espacio disponible para los paneles solares fotovoltaicos.

Entre los diferentes usos de la energía solar podemos destacar:

  • Suministro eléctrico a zonas rurales o de difícil acceso.
  • Telecomunicaciones: repetidores de señal, telefonía móvil.
  • Tratamiento de aguas: desalinización, cloración, potabilización.
  • Suministro de aguas: sistemas de bombeo, riegos.
  • Señalización: marítima, ferroviaria, terrestre, aérea.
  • Alumbrado público.

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